Los Monopolios de Servicios en California están proponiendo el mayor impuesto fijo sobre servicios públicos en el país, entre $400 y $1000 por año. Las tarifas fijas no son más que una estrategia engañosa por parte de PG&E, SDG&E, y SCE para proteger sus ganancias, a expensas de las familias trabajadoras de California y nuestro planeta.
La propuesta mantiene estas tarifas durante generaciones sin importar las medidas que tomen los consumidores de California para conservar energía.
Los monopolios corporativos y sus propuestas políticas abusivas basadas en sus ganancias perjudican a todos los californianos, quitándoles la capacidad de controlar nuestro futuro energético. Un impuesto fijo no es más que un plan para garantizar ganancias aún mayores.
Los consumidores de California se encuentran entre los mejores en el país en cuanto a ahorro de energía y compromiso con la energía limpia. Somos líderes a nivel nacional de energía solar en tejados. Un impuesto fijo sobre servicios públicos pone de cabeza estas políticas.
Cuanto más gasten los monopolios de servicios públicos en ampliar la red eléctrica, mayores sus ganancias y más pagan los consumidores. Para ofrecer un verdadero alivio a las familias trabajadoras, los funcionarios públicos del estado deben dejar de dar su visto bueno al gasto caro e innecesario hacia servicios públicos. En su lugar, deberían priorizar la energía local, comunitaria y distribuida como la energía solar en tejados, el almacenamiento en baterías y la energía solar comunitaria. Un impuesto sobre servicios públicos desalienta esas políticas y mantiene a las empresas de servicios en control, gastando y beneficiándose de una red eléctrica vieja y costosa.
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